El punto muerto: Cap 1

Hola a todos, para empezar, no me maten por no haber publicado ni dado rastros de vida. Les traemos una nueva novela de un nuevo compañero del blog. Su pseudonimo es Edd Liszt. Esperemos que les guste su aporte al blog, yo por mi parte debo hacer varias cosas. Con ustedes. El punto muerto de Edd Liszt.
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El punto muerto

Capitulo i
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E

       n la actualidad hay miles de personas que ignoran la existencia de sociedades secretas, lentamente nos están invadiendo con simbolismos que para muchos no significa nada importante, mientras otros tratamos de tomar el problema en nuestras manos y combatirlo con todos nuestros recursos; sin embargo nuestro esfuerzo termina siendo en vano. Tachados como locos vivimos nuestras vidas escapando de todo aquello que nos atemoriza hasta que morimos cruelmente. Estamos tan inmersos en la vida cotidiana y en todo lo que las iglesias tienen que decir que nos olvidamos de pensar y analizar por nuestra propia cuenta.

Hay muchos que no quieren escuchar lo que tengo que decir, nadie se vuelve popular diciéndole a la gente la verdad acerca del amargo futuro que nos espera, sin embargo la historia nos ha demostrado lo que les pasa a los profetas cuando son elegidos por Dios y en esta ocasión no me llamaría a mí mismo como un profeta, Dios no me eligió para hablar de esto, yo me elegí a mí mismo. Soy el menos indicado para decir esto, fui en contra de todo mandato divino, cooperé en la destrucción de la tierra y ahora tengo remordimientos. Por esta ocasión el todo poderoso le dio la espalda al mundo, creo que se aburrió de advertirle a la humanidad de su fin y simplemente dejo que nosotros resolviéramos nuestro propio desastre. Esta historia la he escrito como advertencia a todos ustedes que aún están a tiempo de reflexionar; lo que quieran creer de esto es problema de cada uno.

San francisco California.
21 de diciembre del 2022, 9:00 am

Una gran explosión se escucha en el Golden Gate, seguido de miles de gritos de personas que desesperadamente piden ser salvadas, el olor a piel quemada se hacía más intenso a medida se acercaban a la zona del desastre. Un avión lleno de pasajeros había impactado contra el puente, matando también a cientos de personas que transcurrían en la zona.

Tirado en el suelo se encuentra un joven de cabello blanco, sus pupilas eran extrañamente de color rojo, su apariencia lo mostraba como alguien, no mayor de veintiún años; su cuerpo estaba completamente fracturado. El joven logra despertar, confundido por la situación y al verse cubierto de sangre, intenta levantarse de ese sitio rodeado de llamas y cadáveres de personas calcinadas, sin embargo las heridas y el insoportable dolor hicieron imposible cualquier movimiento que intentara.

¿En dónde estoy? —Se pregunta a sí mismo, como si alguien le fuera a contestar.

Interrumpiendo los pensamientos del joven, se logra escuchar los gritos desesperados de los sobrevivientes que se encontraban atrapados en sus automóviles: estaban tratando de aferrarse a la vida, incluso conociendo como acabaría todo para ellos. Las llamas se expandían con rapidez, los autos comenzaban a explotar, llevándose consigo a las personas que se encontraban atrapadas en su interior. 

Los bomberos, policías y voluntarios, eran completamente inútiles; las explosiones y el impacto del avión, habían hecho que parte del puente cayera al agua, debilitando la estructura, era una bomba de tiempo que en cualquier momento caería; cualquier peso extra aceleraría su derrumbe.

La esperanza de los, ahora ya escasos, sobrevivientes había desaparecido y orando a su Dios cerraban los ojos tratando de rogar por el perdón divino, esperando ser suficiente para poder entrar al cielo. El extraño joven de cabello blanco era el único que aún no había perdido la esperanza e intentando nuevamente ponerse de pie usa los escombros de la estructura para apoyarse y usando la poca fuerza que le quedaba logra ponerse de pie, sin embargo rápidamente cae al piso estrellando su cabeza contra el suelo, estaba demasiado lastimado como para mantenerse en pie.

Tirado en el piso, sin fuerzas para levantarse una vez más, acepta su destino; lágrimas en sus ojos comienzan a brotar repentinamente, —Lo siento, no pude cumplir mi promesa. — repitió varias veces hasta que por fin queda inconsciente, había perdido mucha sangre y en segundos la muerte llegó a él sin sorpresa alguna.

Una gran explosión se escucha, alertando a todas las personas que se encontraban en los alrededores; el motor del avión había explotado causando un impacto poderoso contra la estructura, haciendo que esta se derrumbara, los escombros y los cadáveres cayeron al agua, limpiando todo resto del accidente. La única prueba que se mantenía era los escombros del puente que no habían caído por completo al agua.

En todos los noticieros del mundo se escucha la noticia del accidente. El presidente de los Estados Unidos ha convocado a una rueda de prensa, donde explicará todo lo ocurrido y las medidas que están tomando.

Hoy veintiuno de diciembre del dos mil veintidós ha ocurrido uno de los peores accidentes aéreos, el cual ha dejado muchos daños en la ciudad de San Francisco, más de quinientas personas perdieron su vida después de que dicho avión impactara en el Golden Gate, aún se mantienen las investigaciones para conocer el motivo de la catástrofe.

Uno de los periodistas interrumpe al mandatario: —Señor presidente, ¿Este accidente podrá ser obra de un atentado terrorista?
La pregunta había hecho alboroto en el lugar, era imposible ignorar tal interpelación. El presidente no tuvo otra alternativa más que contestarle.

Las sospechas de un atentado terrorista no son descartadas, sin embargo hasta no tener pruebas no puedo confirmarlo; cuando los informes correspondientes de este acontecimiento estén finalizados, yo los convocaré nuevamente para negar o confirmar todo rumor que se han hecho ante este desastre. — El presidente respondió claramente y sin vacilar, continuó hablando sin dejar tiempo para realizar otra pregunta. —Los familiares de las víctimas están siendo informados. Las búsquedas para encontrar sobrevivientes continúan, tenemos hasta este momento diez sobrevivientes, los cuales son una señal para todos nosotros, de no perder las esperanzas; pueden existir aun más personas que necesitan ser salvadas, los sobrevivientes están siendo llevados rápidamente al hosp…

Una luz deslumbrante en el cielo ciega por unos segundos a todas las personas en el lugar, interrumpiendo la rueda de prensa; Una lluvia de estrellas fugaces pasaba cerca del planeta, ¿Por qué algo tan hermoso llegaría este día? ¿Podría ser una señal de Dios para tranquilizar nuestras almas? No, al parecer Dios no estaba con nosotros ese momento, la supuesta lluvia de estrellas no era nada más que enormes meteoritos que se acercaban peligrosamente a la Tierra; las personas atemorizadas corrían por sus vidas tratando de escapar, miles de ellas caían al piso después de ser derribadas por la multitud que intentaba ponerse a salvo. Lo que sea por salvar su existencia, después de todo somos humanos, una simple y miserable existencia que solo piensa en sí mismo.

Los meteoritos impactaron en diferentes partes del mundo produciendo una onda de choque tan grande que destruían todo a su alrededor, los impactos causaron estragos en todo el mundo; terremotos y tsunamis son causa del fenómeno. — ¿Es el fin? —Se preguntaba todo el mundo; los creyentes religiosos se reunían en las iglesias a orar y rogar clemencia a su Dios, mientras que en las calles se escuchaba mucho alboroto causado por el vandalismo, los robos, los asesinatos e incluso violaciones por parte de aquellas personas que tenían claro que no subirían al lado de Dios, — ¿Por qué rogar perdón? sabemos que no lo tendremos, ¡disfrutemos los últimos momentos de vida! —decían todos aquellas personas que ya habían dejado sus vidas en las manos del destino y la suerte.

El mundo entero estaba sumergido en un caos, las autoridades estaban tratando de controlar a la multitud, lo cual les fue completamente inútil, eran muchas personas en contra de pocos policías y militares. Nadie estaba completamente seguro de lo que sucedería de aquí en adelante, ¿los sobrevivientes podrán disfrutar de una nueva era de paz? ¿Quién sabe? En este momento lo único que les importaba era su supervivencia, no les importaba matar para sobrevivir.

24 de diciembre del 2022
Han pasado tres días y lo inevitable ha sucedido: todos los líderes mundiales declararon esta mañana ley marcial en todo el mundo, no importaba el delito que cometieran, fuera grave o no, el castigo sería el mismo, la muerte.

Ahora los pocos representantes de la ley que no habían desertado de sus puestos tenían el derecho de disparar a todo aquel que representara una amenaza. Todo el mundo se había vuelto loco, la paz era solo un triste recuerdo de lo que una vez existió, todos temían salir de sus casas y los valientes que salían por comida para sus familias hambrientas, eran cruelmente asesinados por personas que intentaban protegerse del mundo; todos estaban aterrados, tratando de mantenerse con vida, disparaban a todo aquello que se acercara a metros.

Los fenómenos naturales seguían asesinando personas, ciudades enteras eran fácilmente borradas del mapa — ¿Este es el fin de la humanidad? —Se preguntaban todas las personas con esperanza a equivocarse.

Infierno.

En el infierno una fiesta se celebraba, miles de almas descendían rápidamente; todas aquellas personas que morían en la tierra a causa de los acontecimientos ocurridos recientemente estaban llegando sin demora alguna después de ser juzgadas. Uno de los demonios había esperando pacientemente la llegada de una alma en especial, su vista estaba fijada en el horizonte, parecía un perro esperando el regreso de su amo.

El demonio logró observar a lo lejos una pequeña luz blanca que bajaba lentamente, se trataba de esa alma que había esperado durante años. La luz descendió frente a él, esa alma se materializó nuevamente, tomando la forma de su antiguo cuerpo en la Tierra.

¡Despiértate maldito, no es hora de dormir! —gritó el demonio, excitado por el momento pateó el cuerpo del humano repetidamente hasta despertarlo.

El joven de cabello blanco había llegado al infierno. El calor del lugar y el piso ardiente en el cual yacía tirado había hecho despertar al recién llegado; abrió con dificultad sus ojos como si estuviera despertando de una larga siesta. Tomándolo desprevenido, el demonio se acerco bruscamente al rostro del joven, haciendo que lo primero que observara fuera su horrible rostro; la criatura tenía una extraña piel de color rojizo, con dos grandes cuernos negros que sobresalían de su cabeza, su cuerpo parecía estar destinado para la pelea, mostraba enormes músculos, los cuales asustarían a cualquier persona, las manos se veían muy maltratadas, estaban cubiertas de cicatrices, en su mano derecha se podía observar un extraño tatuaje, era un círculo con un punto negro en el centro y alrededor del tatuaje habían varias letras, las cuales estaban escritas en alguna lengua desconocida por los humanos. El demonio lo miraba detenidamente con sus grandes ojos amarillos, estaba analizando detenidamente al humano.

Segundos después de observar al demonio, el recién llegado seguía sin mostrar sorpresa, ni miedo hacia la criatura, su mirada mostraba duda y frialdad a la vez, era una extraña mirada, algo parecía preocuparlo. El demonio, sorprendido al ver la mirada del chico se acercó mostrando una sonrisa burlona.

¿No te sorprende verme? —exclamó el demonio mientras continuaba observando al joven detenidamente.

¿Por qué tendría que hacerlo? —respondió, tratando de burlarse del demonio, continuó hablando, mientras molestaba cada vez más a la criatura. —Esto es el infierno, tú eres un demonio e imagino que vienes por mí, todo esto es tan obvio ¿me equivoco? ¡Estúpido demonio!

El demonio ignoró las provocaciones del humano y sin razón comenzó a reír frenéticamente, —Eres valiente, la mayoría de las personas que me ha visto siempre me ha rogado por piedad y misericordia, ¿Por qué tu no? ¿Acaso no me temes? —Le preguntó, mientras trataba de controlar su risa.

Dándole la espalda al demonio el joven se alejó lentamente del lugar, dirigiéndose directamente al valle de fuego, de donde se podían escuchar gritos de dolor y agonía,

¿Dónde crees que vas? —preguntó la criatura mientras se colocaba frente al joven de ojos rojos, evitando de esa forma que avanzara.

Fui enviado después de morir a este lugar por alguna razón. —miró directamente a los ojos del demonio, la mirada del joven había cambiado drásticamente, era una extraña mezcla de odio y sufrimiento. —En vida no fui de acuerdo a los mandatos establecidos por Dios, y, aunque tenga miedo debo de aceptar mi destino.

¿Cuál es tu destino? ¿Vagar por el infierno toda la eternidad?
Una risa se mostró de inmediato en el rostro del joven después de escuchar las palabras del demonio —No, ojalá ese fuera mi destino, sería mejor de lo que en realidad es. —contestó, mientras nuevamente le daba la espalda.

¿Entonces, cuál crees que es tu destino?

Mi lamentable destino es que tendré que ver tu horrendo rostro toda la eternidad, así que mejor me acostumbro, eres inofensivo, temerte lo veo inútil —Sin mirarlo a la cara, comenzó a reír.
La burla del joven lo había hecho enojar.

¿Cómo te atreves a burlarte y darle la espalda al príncipe de los demonios?

El valiente humano ignoró nuevamente al demonio y continuó caminando, esta vez hacia el lado contrario, trataba de alejarse de ese fastidioso engendro. La falta de respeto había colmado la paciencia del demonio y sin esperar ni un segundo más, su espalda comenzó a vibrar, segundos después dos alas del mismo color que su piel brotaron de él, las cuales usó para volar directamente hacia el humano.
Volando justo por encima del joven extendió sus brazos y cogiéndole fácilmente de ambos hombros lo elevó por los aires, llevándolo inmediatamente al centro del infierno donde era esperado por el rey de los demonios.

Estaba siendo llevado por la fuerza hacia el centro del infierno; tratando de liberarse de las garras del demonio se sacudía de un lado a otro mientras le gritaba lo más fuerte posible, ordenándole bajarlo de inmediato.

¿Dónde me llevas maldito? ¡No tengo nada de que hablar con ninguno de ustedes! —exclamó con una voz desesperada.
El demonio reía sin parar, el miedo y la desesperación en el rostro del humano era completamente hilarante para la criatura.

Mi señor y señor de todos los de aquí abajo quiere reunirse contigo, ya es hora de que comience eso que esperamos durante siglos. — Tranquilizando su risa, le sugirió al humano relajarse un poco y disfrutar la vista del infierno. Era obvio que no tenía ninguna alternativa, respiró profundamente y observó detalladamente cada parte del infierno.

El recorrido por el infierno ha sido largo, han pasado por ríos de sangre y muros gigantes hechos con huesos humanos, este muro llamó la atención del joven por su diseño tan peculiar, sin embargo al preguntarle a su secuestrador porque lo construían con huesos humanos lo único que recibió fue una risa burlona y una explicación muy vaga:

Los huesos que usamos para su construcción son de almas humanas antiguas, tarde o temprano nos aburrimos de la tortura.

La explicación del demonio no fue lo suficiente para el joven e intentando hacerlo hablar más sobre el tema le preguntó: — Almas antiguas, ¿qué significa eso? —la actitud del demonio se tornó calmada y con una expresión fría en su rostro le respondió.

Eliminamos a todas las almas que han vivido en el infierno por siglos para hacer espacio a las nuevas almas.

El infierno es gigante y parece no tener fin, sin embargo hasta este lugar tiene límites; al adentrarse más por el lugar, observaron una selva completamente oscura llena de demonios de bajo rango con formas de animales híbridos, las personas eran arrojadas en ese lugar como castigo por haber tenido una vida deshonesta; eran obligados a vagar toda la eternidad por aquel sitio, evitando ser comido por estos demonios. Por último, antes de llegar al centro del infierno, se logró divisar un abismo tan oscuro que era una tarea imposible ver el final, dentro se escuchaban gritos de personas pidiendo auxilio; todo el lugar era tan irreal que parecía pesadilla de algún lunático. Por suerte para él, ya habían llegado al centro del infierno, ¿Quién se hubiera imaginado lo que sucedería si continuaba observando aquellos bizarros lugares?

Al llegar al centro del infierno se observaba un enorme pentagrama invertido envuelto en llamas, parecía una fogata, alrededor se encontraban demonios bailando y cantando canciones que blasfemaban contra Dios.

Cuando llegaron al lugar, el demonio dejó caer al humano mientras reía descontroladamente.

¡Ya llegamos, espero que el rey te enseñe modales!

Frente al joven se encontraba una puerta gigante y tenebrosa hecha con cráneos, no había dudas de lo que se encontraba detrás de ella. La valentía del joven había desaparecido frente esta puerta; cada parte de su cuerpo temblaba, su respiración era cada vez más acelerada; parecía que el corazón se le detendría en cualquier instante, luego recordó en donde se encontraba, ¿Cómo morir si ya estás muerto? 
Los demonios que cantaban y bailaban alrededor del pentagrama habían parado su fiesta y lo estaban mirando fijamente como si quisieran ir tras él.

Su demonio escolta se acercó al joven entregándole una máscara blanca con únicamente agujeros para sus ojos y justo en medio de la máscara un poco más arriba de los ojos se encontraba el número cero pintado con sangre, junto con la máscara también le fue entregado una capucha de color gris.
La forma de aquel demonio tenebroso que lo llevó hacia ese lugar comenzaba a cambiar drásticamente, lentamente aquella figura tétrica comenzó a desaparecer, dejando únicamente a un demonio pequeño y aparentemente inofensivo.

¿Por qué me entregas todo esto? Además, ¿por qué has tomado esta forma tan patética? —el joven estaba confundido al observar la nueva forma de la criatura. El demonio sonrió, mientras le daba la espalda.

El porqué de las cosas que te he entregado no es de tu incumbencia. Acerca de mi actual forma, debo de admitir que esta es mi verdadera apariencia, soy uno de los cinco mejores demonios del inframundo y para nosotros no es necesario ser como toda esa basura que está alrededor del pentagrama, nosotros somos demasiado poderosos y toda la escoria del infierno lo tiene claro, sin importar mi apariencia podría asesinar a todos esos demonios en segundos, ¿tienes algún problema con todo esto?

No, ninguno en absoluto. —El joven se mantuvo en silencio después de eso, él tenía muy claro que cada palabra dicha por ese demonio era cierta.

El joven estaba nervioso y tratando de no enojar al demonio se colocó la capucha. La criatura caminó hacia esa enorme puerta, apresurando al humano para que se colocara la máscara.
La enorme puerta se abrió de improvisto dejando salir una neblina de color negro haciendo imposible observar al otro lado.

Entra ya, mi señor te espera. —Le ordenó, mientras una sonrisa malévola se reflejaba en su rostro.

La neblina se despejó haciendo un pequeño camino para el humano, mientras caminaba a través de esa gigantesca puerta logró observar un gran salón repleto de velas hechas de igual manera con cráneos humanos que al parecer era la única iluminación del lugar, habían dos puertas selladas con cadenas a cada lado y un candado con forma de cruz invertida en cada una de ellas, justo al final del salón se encontraba el señor de las tinieblas, sentado en un trono sostenido por aquellos pecadores que vivieron toda su vida en la ignorancia, proclamando con sus bocas que Dios no existe. Los relatos contados en la tierra sobre su apariencia eran cierto, era grande, poderoso e imponente; solo estar en presencia de él era suficiente para temblar de pavor.

Satanás. — susurró el joven, tratando de disimular el miedo que corría por todo su cuerpo en ese momento. El rey de los demonios no había perdido de vista al joven de cabello blanco desde el instante que colocó un pie en el salón; aquella poderosa entidad se levantó rápidamente de su trono acercándose al humano recién llegado y con una voz tenebrosa con la cual hasta el más valiente se le erizaría la piel, le dio la bienvenida.

¡Bienvenido joven humano, ahora por fin estamos todos, eras el último que faltaba!

El joven estaba confundido y sin entender nada de lo que estaba ocurriendo, ¿Por qué era esperado por Satanás, había hecho algo lo suficientemente malo como para merecer un castigo por parte de él?

¿Por qué me han traído hasta ti? —hablar con el demonio más poderoso del infierno era algo que no tenía planeado hacer en su estadía; sus piernas comenzaron a temblar por el temor que sentía al estar frente a él.

Satanás no logró contener la risa y mirando al joven le respondió en un tono cordial, muy impropio de él. —Todo a su tiempo, no te apresures que aún debes conocer a los otros cuatro jugadores —alzando sus brazos emitió un grito indescriptible, haciendo que al joven se le erizara la piel.

¡Salgan los demás, por fin ha llegado el último! —Los cuatro candados que mantenían selladas las puertas cayeron al piso haciendo un gran estruendo en la habitación; las cuatro puertas comenzaron a abrirse lentamente, dejando escapar más neblina en el salón.

Detrás de esas cuatro puertas se encontraban otros humanos con máscaras y capuchas de color gris exactamente iguales a la que le fue entregada al joven antes de entrar al salón; el recién llegado estaba sorprendido al ver a cuatro personas vestidas de la misma manera que él, lo único que los diferenciaba era el número en sus máscaras, cada uno tenía un número diferente que variaba del cero al cuatro; era obvio pensar que fueron traídos contra su voluntad, después de todo ¿Quién quisiera estar en este lugar?

¿Qué quieres de mí? ¿Por qué has hecho que este maldito demonio me traiga ante ti?— replicó el joven de cabello blanco, haciendo que todas las miradas se dirigieran a él; la ira, el miedo y la frustración de no poder hacer nada habían hecho que las palabras salieran de su boca; segundos después, reacciono y había comprendido que fue una mala idea hablar en ese tono a Satanás, no tuvo otra opción que arrodillarse y pedir perdón, tratando de esa manera compensar aquellas irrespetuosas palabras.

El Rey demonio miró detenidamente los agujeros de la máscara tratando de ver los ojos rojos del joven, sin embargo su intento fue inútil: todas las máscaras tenían una neblina de color negro saliendo de esos orificios haciendo imposible ver los ojos de cualquiera de los humanos.

Satanás sin expresión alguna continuó observando al joven que aún se encontraba arrodillado, esperando el perdón o la sentencia. El demonio escolta del humano se acercó por la espalda sigilosamente y comenzó a patearlo como castigo por su insolencia — ¡Déjalo en paz! —Le ordenó Satanás.

El rey de los demonios mostró una sonrisa, acariciando suavemente el rostro del joven de cabello blanco con su mano derecha; comenzó a susurrarle al oído.

Eres valiente, tomé la decisión correcta al elegirte para formar parte de este juego; todos los humanos que vienen a mí, ruegan por su vida, son unos cobardes, no importa lo valientes que finjan ser, todos lloran cuando me ven de frente. Excepto ustedes cinco, han sido los únicos suficientemente estúpidos como para tratarme de su igual, respeto eso.

El humano con la máscara número cero parecía molesto, no le gustaba ser objeto de diversión y menos ante Satanás, como señal de rebeldía alejó de un golpe la mano de su rostro, se colocó nuevamente de pie mostrándole que él no iba a ser su bufón.

La rabia que sentía el joven en ese momento lo había hecho olvidar el temor que sentía.

No me interesa nada de lo que digas, solo necesito saber ¿Qué quieres de mí? —los pensamientos en su cabeza no eran claros, no estaba pensando en nada, aquella falta de respeto lo haría merecedor de un castigo, o al menos eso se esperaban los demás en la sala.

El señor de las tinieblas se estaba divirtiendo hasta que fue interrumpido, cuatro figuras pequeñas se visualizaron frente a la enorme y escalofriante puerta. A medida se acercaban, las cuatro figuras comenzaron a tomar forma, dejando ver pequeños demonios con aspectos parecidos al demonio escolta del joven, todos tenían la piel arrugada y maltratada como la de un anciano.

Los cinco humanos estaban sorprendidos y a la vez atemorizado por ver a los cuatro demonios entrar. El humano con el número cero en su máscara recordó su pequeña charla con su demonio escolta antes de entrar, tenía claro que ellos eran los demonios más poderosos del inframundo y de igual manera su apariencia inofensiva solo era una farsa, ellos podrían ser más peligrosos que cualquier otro demonio. El joven había empezado a perder las esperanzas de salir ileso del lugar, no había otra alternativa más que ser el juguete del Rey demonio.

Las probabilidades de que ellos pudieran salir de ese salón eran imposibles, todos estaban atrapados y obligados a escuchar cada palabra que saliera de la boca de Satanás.

Los humanos se mantuvieron callados esperando a que algunos de los demonios en la sala hablara; ante ese silencio, el jugador cero escuchó un susurro dentro de su cabeza. La voz le parecía familiar, sin embargo se le hizo imposible recordar algo de su pasado, lo único que recordaba era como fueron sus últimos minutos en ese accidente. El susurro se hacía cada vez más fuerte, esa cálida voz de mujer que resonaba dentro de él, fue lo suficientemente fuerte como para darle esperanza. Concentrándose un poco más, intenta recordar algo de su pasado, algo que lo ayude a identificar esa voz que lo llena de paz y pacifica su alma; consigue recordar minutos antes de la caída del avión, recuerda haber tomado fuertemente la mano de alguien antes del impacto y esa voz que susurraba dentro de su cabeza —No te preocupes, no te soltaré la mano hasta que todo haya terminado —aunque no podía recordar el rostro de ella, le bastaba con imaginar que no había muerto solo, que alguien en la Tierra lo amó.

Un escalofrió subió por su espalda, una pregunta había sido formada en su cabeza, ¿Ella había sobrevivido al impacto o ya formaba parte de la lista de fallecidos? No podía dejar de pensar en ella, por alguna razón recordó las últimas palabras dichas por ella, pero ¿Qué era ella para él?

Esa voz desconocida que resonaba dentro de su cabeza repitiendo sus últimas palabras como una suave y tierna melodía hicieron darle un poco más de coraje y valentía; intentando esconder la preocupación por el bienestar de la joven, miró al Rey demonio, rompiendo con el silencio en la sala, dejó salir un grito de frustración, dirigió la vista hacia Satanás.

¿Quiénes son los cuatro demonios que acaban de entrar? ¿Porque nos has reunido? No soportó estar ni un segundo más en este lugar.

Satanás lo miró fijamente durante un par de segundos sin decir nada, caminó a su trono nuevamente, tomó asiento y dirigiendo su vista hacia sus demonios como intentado ordenarles no lastimar al irrespetuoso humano. Una pregunta salió de la boca del Rey demonio, teniendo la atención de todos los enmascarados del salón.

¿Quisieran volver a la vida y salir de este infierno o prefieren ser mis esclavos toda la eternidad?
Sorprendidos por la pregunta, no lograron decir absolutamente nada, no tenían idea de que contestar ¿era una broma? ¿Podría Satanás ayudarlos a regresar a la vida? Haciendo un esfuerzo realmente grande por responderle la pregunta, el humano que poseía el número dos en su máscara, respondió.

¿Por qué harías eso tú, siendo el rey del infierno y teniendo tantos seguidores a tus servicios, nos regresarías a la vida? Yo jamás en mi vida he creído en Dios y tampoco en tu existencia, así que es obvio que necesitas algo de nosotros. Dime ¿Tienes algún propósito para nosotros cinco?
Una carcajada sorprende a todo los humanos, para Satanás todo esto era hilarante, en serio disfrutaba este momento. Cada falta de respeto cometida por los humanos era como un chiste para él. Segundos después de haber tranquilizado su risa, continuó con la conversación.

El propósito ya se los he dicho anteriormente, los necesito como participantes en un juego que he planeado siglos atrás, la victoria para todos ustedes dependerá de su determinación y de su desempeño durante el juego.

El jugador con la máscara número tres interrumpe la conversación e interesado por conocer un poco más del juego se incorpora a la plática.

Supongo que harás que nosotros cinco juguemos tu enfermizo juego, así que creo conveniente que nos digas de qué se trata. ¿Por qué nos elegiste específicamente a nosotros?
Dejando salir un suspiro, el Rey demonio dirige su mirada hacia la puerta gigante, mientras continúa hablando.

Son impacientes, en un minuto les diré todo así que guarden silencio.

Del piso aparecen cinco tronos hechos de hueso menos decorados que el trono de Satanás, pero igual de escalofriantes que el mismo. Se podía observar aun sangre en aquellos huesos como si acabasen de ser arrancados. Los cinco demonios de inmediato toman asiento no haciendo esperar ni un segundo a su rey.

Llamando la atención de todos, el demonio que había sido el escolta del jugador cero les grita en un tono furioso.

¡El señor de las tinieblas continuara hablando presten atención malditos, ya que será un honor para ustedes escucharlo, no volverá a repetirlo!

El Rey demonio continuó hablando sin lograr ocultar su sonrisa.

¡Atención humanos y demonios!, los he reunido a ustedes diez para que empiece el juego, estos cinco demonios han esperado junto conmigo un largo tiempo a que llegaran ustedes cinco. Los humanos presentes en este salón fueron elegidos entre todas las demás personas porque cumplen con los requisitos necesarios como para manejar los cinco anillos demoniacos que les serán entregados. Son los únicos que tienen los siete pecados capitales dentro de sí, los únicos que venderían al ser que más aman por más poder.

Los cinco humanos habían guardado silencio, parecían sorprendidos por las palabras de Satanás, sin embargo el jugador número cuatro se levantó de inmediato de su silla y interrumpió al Rey demonio.

¿Qué tienen de especial esos anillos que mencionaste y cómo estás seguro que aceptaremos tu juego? Admito que merezco estar en el infierno y que soy capaz de manipular y matar personas sin remordimiento alguno, sin embargo me pregunto ¿Qué utilidad tienen los anillos en esto y porque los entregarás a humanos como nosotros?

El jugador número uno, contestó segundos después.

Los anillos tienen poderes fuera del alcance humano y al ser creados en el infierno era obvio esperarse unas condiciones de esta magnitud, pero en fin, lo que acabo de decir es solo una suposición tomando en cuenta todo lo que he pasado desde que llegué al infierno, ¿estoy en lo correcto? —Miró a Satanás directamente a los ojos esperando una respuesta.
Sus palabras no se hicieron esperar.

¡Correcto! Los anillos poseen poderes fuera del alcance humano, cada uno de ustedes obtendrá un anillo, el cual hará más divertido el juego.

¿Cuáles son los poderes que nos otorgaran esos anillos? —preguntó, nuevamente el jugador número cuatro.

Los cinco demonios que escuchaban atentamente la conversación comenzaron a reírse, Satanás los miro fijamente haciendo que se callaran de inmediato, le temían tanto a su rey que una simple mirada hacia que temblaran de pavor.

Disculpen esa interrupción, mis jóvenes jugadores. Ahora, si me permiten continuar les aseguro que sus preguntas serán contestadas. — Una vez más Satanás fue amable con ellos, sorprendiendo a todos en la sala los cuales lo miraban con incredulidad.

El jugador cero no podía aceptar el hecho de compararse a los demás humanos. Pensar que antes de morir fue un pecador, aunque su amnesia le imposibilitaba recordar su pasado, algo dentro de él le decía que era diferente a los demás en el salón.

El rey demoniaco miro a los cinco demonios una vez más, esta vez les hizo una señal indicándoles dirigirse al centro del salón y obedientemente lo hicieron sin perder tiempo.

Estos demonios serán las almas de sus anillos demoniacos, ellos estarán dentro de los anillos que les serán otorgados. ¡Estos demonios son la élite del infierno, los más sanguinarios y poderosos demonios!
Así comenzó el rey del inframundo a presentar a sus poderosos guerreros y orgullo del infierno

Abbadon, el demonio rojo. Jefe de los demonios de la séptima jerarquía o también conocidos en épocas antiguas como "El Gran Destructor".
El demonio Abbadon hizo una pequeña reverencia como presentación ante los encapuchados.

Ya escucharon mi nombre y debo de decirles que cualquiera que sea mi compañero no la tendrá fácil conmigo. — La neblina del salón comenzó a cubrir el cuerpo del demonio. La neblina comenzó a disiparse lentamente dejando ver a un gigantesco demonio con dos gigantescas garras negras en lugar de sus manos, su rostro era el de una bestia con grandes y filosos colmillos que podrían triturar cualquier cosa que pusiera dentro de esa enorme boca, sus orejas eran gigantescas, parecían las de un murciélago. Aquella bestia no tenía piel, la carne sangrante de su cuerpo se podía observar desde lejos; su cuerpo tenia gigantescas espinas negras situadas en lugares estratégicos como forma de protección en batallas. Abbadon dejó salir un rugido que hizo estruendo en todo el infierno.

Satanás continuó con la presentación haciendo caso omiso a la forma que había tomado el demonio.

Bael, el demonio negro. Adorado antiguamente por israelitas y admirado en el infierno por sus trucos y falta de lealtad a la humanidad. Es el general en jefe de las fuerzas del mal, la mayor potencia militar del infierno. Él es "El Traidor".

Una neblina de color negro cubrió el salón por completo haciendo imposible ver; antes que la neblina se disipara una luz atravesó el salón haciendo visible al demonio. Dos cuernos gigantescos se dejaron ver antes de que las dos alas cubiertas de fuego robaran toda la atención de los humanos, su rostro era completamente negro y de sus ojos salían llamas, en su frente había una figura ahuecada con forma de pentagrama invertido. Su boca era como la de un dragón, con dientes gigantescos que era imposible guardar dentro de su boca. De su cuerpo salía lava ardiendo, en los pocos lugares donde no había lava se podía observar su piel negra, calcinada por la lava. Sus manos tenían garras puntiagudas, en su mano izquierda se observaba el mismo tatuaje que poseía el demonio escolta del jugador cero. El demonio tenía cuatro pies y una cola gigante llena de espinas e igual que todo su cuerpo se veía lava recorrer en ella.

Ya escucharon mi nombre y presenciaron mi segundo cuerpo, aquel desdichado que sea mi compañero poseerá mi sabiduría a cambio de recibir mi furia.
Satanás comenzó a reírse, las palabras del demonio Bael le habían hecho gracia, después de todo, siglos atrás este demonio había causado destrucción. El Rey demonio estaba seguro que disfrutaría de un gran espectáculo gracias a Bael, su principal característica no es la fuerza bruta.
Satanás continúo con el siguiente demonio.

Astarot, el demonio verde. Antigua divinidad solar de los filisteos, fue convertido por el cristianismo en el ángel guardián del infierno. Su figura cuando llegó a la tierra hace siglos fue la de un ángel horrendo que emanaba un olor insoportable, por ese motivo aquí lo conocemos como "La Peste".

Un olor putrefacto cubrió todo el salón, una especie de gas verde comenzó a salir del demonio haciendo a los humanos derramar lágrimas por la peste que este emitía. Los ojos de Astarot se tornaron totalmente blancos, su cuerpo comenzó a temblar, dejando escapar un grito de agonía, seguido de una explosión, la cual hizo que los enmascarados se alejaran rápidamente del demonio, evitando de esa manera salir lastimados. El humo causado por la explosión comenzó a disolverse dejando ver la segunda forma de Astarot. Su apariencia era como la de un anciano, tenía cicatrices en su rostro y en sus manos, era esbelto como la de un humano común y corriente a excepción de su color de piel que era verde; no había crecido mucho, su estatura era casi la misma, en su mano derecha al igual que los demás demonios tenía el extraño tatuaje del círculo con las letras indescifrables. Sus ojos emitían un gas de color verde, haciendo imposible visualizar más allá. El demonio vestía únicamente un manto de color blanco, el cual cubría todo su cuerpo, dejando expuesto únicamente su rostro y manos, de su espalda aparecieron dos alas de color blanco haciendo dos huecos en la vestimenta, estas eran utilizadas para confundir a los humanos asiéndose pasar por un ángel celestial.

Astarot observó detenidamente a los enmascarados, su rostro no demostraba ninguna emoción, tosió repetidas veces antes de poder hablar. Este demonio era el más viejo de los cinco elegidos por Satanás.

Los humanos son tan influenciables e idiotas que nunca se dan cuenta cuando son manipulados. Los codiciosos y manipuladores usan los sentimientos, las mentes débiles y trastornadas para hacer con ellos lo que les plazcan; las personas más peligrosas no son las que aparentan valentía, coraje y seguridad, ya que en ellas solo encontraras fuerza bruta, más bien los verdaderos monstruos son aquellos humanos pensadores que conocen como ocultarse entre la multitud, atacan por medio de estrategias y sigilo cuando menos te lo esperas. Ellos son los que de verdad deben temer.

Satanás observó brevemente a los jugadores en completo silencio, estaba comparando a los enmascarados con sus demonios, después de un minuto dejó salir una risa breve.

Cada uno de ustedes son ese tipo de persona, son monstruos con forma de humanos, sin sentimientos, sin ética, sin vergüenza que harían lo que fuera por obtener lo que desean.
El encapuchado con el número tres en su máscara se opuso a las palabras del Rey demonio, tratando de excusarse de sus pecados.

No todos los humanos somos malos por decisión propia, algunos no teníamos elección, tuvimos que hacerlo para salvar nuestras vidas, yo fui obligado a hacer cosas de las que no me enorgullezco.

Tuviste la opción de negarte y morir sin sacrificar vidas ajenas, dime ¿Por qué no decidiste morir si tanto te preocupas por los demás? —Satanás fijo la mirada en el enmascarado.

El Rey demonio había logrado intimidarlo y dejarlo sin palabras, el enmascarado inclinó su cabeza intentando mantener el perfil bajo. La presentación continuó como si las palabras del jugador tres jamás hubieran abandonado su boca.

Sidragaso, el demonio blanco. Tiene el poder de despertar la lujuria en los seres humanos; ningún hombre o mujer puede resistirse a él. No puede obligar a nadie a realizar actos que ellos no deseen, pero el pecado de la lujuria es tan potente en los seres humanos que no es necesario obligarlos. Es conocido en el infierno como "El Deseo"

El demonio sostenía un velo rojo sobre sus manos, el cual usó para cubrir todo su cuerpo, dejando de esta manera imposibilitado a cualquiera que deseaba ver su transformación. Minutos después, el velo rojo comenzó a caer lentamente del cuerpo del demonio, dejando ver una cabellera dorada, lentamente la caída del velo mostraba el cuerpo de una hermosa mujer, su estatura había cambiado al igual que los demás, era alta, vestía una camiseta color blanca con un escote muy revelador, sobre la camisa llevaba una chaqueta de cuero negra, minifalda de cuero, botas negras y sobre su cuello colgaba una joya de color violeta sostenida por cadenas de metal. El apodo de Sidragaso era el más adecuado, deseo y lujuria era lo que causaba en los hombres, la piel del demonio era blanca como la nieve, mejillas ruborizadas, ojos de color verde, labios seductores de un color rojo, pechos, caderas y glúteos perfectos. Atraer a los hombres con esa apariencia no sería trabajo difícil.

La hermosa mujer había causado asombro en los enmascarados, no podían dejar de ver a Sidragaso, era extraño ver como aquel demonio tan horrendo y pequeño había tomado aquella forma. Con una pequeña mirada seductora se presentó ante los enmascarados.

La lujuria y el deseo están presente en toda persona, no importa lo religioso que sea esa persona, sea hombre o mujer, nadie está a salvo de la naturaleza sexual de los humanos. Puedo tomar la forma de cualquier persona y con una simple mirada puedo hacer que me deseen, que complazcan todas mis necesidades. Los humanos son tan estúpidos, utilizo sus debilidades a favor mío, todos ellos son un simple juego para mí.

Sidragaso se acercó lentamente a los cinco humanos, cada paso que daba hacia ellos su ropa iba cayendo al piso, cuando llego a ellos, toda su ropa se encontraba en el piso, su piel blanca había quedado completamente al descubierto. La belleza de la mujer mantenía todas las miradas fijas en ella y tratando de seducir al jugador cuatro le susurró al oído.

No somos muy diferentes, tú y yo podríamos hacer grandes cosas juntos. Te podría dar todo lo que necesites, todo…
El enmascarado comenzó acariciando delicadamente el rostro de la mujer, a medida continuaba con las caricias, aquel gesto de ternura se torno en rasguños, molesto con Sidragaso le respondió:

Tal vez tengas razón, pero hay algo que nos diferencia, yo no uso trucos baratos: soy atractivo sin necesidad de cambiar mi apariencia.

Sidragaso logró alejarse del enmascarado sin decir ni una palabra. Regresó a su lugar junto a los demás demonios, su forma había vuelto a la normalidad.

Me has hecho reír bastardo, piénsalo bien, tú y yo no somos muy diferentes.

Ignorando las palabras de Sidragaso el enmascarado dirigió su mirada lejos de él. Satanás continuó con la presentación del último demonio, el responsable de haber escoltado al enmascarado de cabello blanco. Este último demonio poseía una actitud arrogante desde el principio, al escuchar las palabras de Satanás, esta fue justificada en el engendro.

Belzebuth, príncipe del imperio satánico. Mi hijo es el segundo en jerarquía infernal, justo después de mí.

El jugador cero se levantó de su asiento mientras observaba detenidamente a su escolta, no podía creer que él demonio responsable de llevarlo hasta ese salón era el hijo de Satanás.

¡Imposible! ¿Cómo una criatura tan vulgar como él puede ser tu hijo? Toda mi vida escuché de 
Belzebuth y jamás me lo imagine de esta forma tan patética.

Belzebuth comenzó a reírse, un terremoto destructor se hizo sentir en el salón, haciendo caer a todos, excepto a Satanás. El terremoto continuaba, sin embargo al príncipe de los demonios parecía no importarle y dirigiéndose hacia el humano de cabello blanco, lo observó detenidamente con una mirada llena de odio.

Ten más respeto hacia mí, yo soy una criatura tan poderosa que esta fuera de tu imaginación y podría asesinarte antes de que puedas darte cuenta.

El enmascarado sin poder levantarse por el terremoto aún activo, comenzó a reírse, miró a Belzebuth con una mirada igualmente llena de odio. Tratando de irritar al demonio, le escupió a los pies, mientras la risa burlona del enmascarado se hizo escuchar.

¿Eres idiota? ¿Cómo puedes asesinar algo que ya está muerto? Tus amenazas no surgen efecto en nosotros, todas las personas que se encuentran aquí ya están muertas.

El príncipe demonio regresó a su segunda forma, sin piedad tomó por el cuello al enmascarado elevándolo hasta que sus pies no pudieran tocar el suelo. Belzebuth comenzó haciendo presión a su cuello.

No me conoces lo suficiente, tu ignorancia te saldrá cara. ¿Conoces donde van las almas cuando son asesinadas en el cielo o el infierno?

La respiración del joven estaba cada vez más débil, empezaba a perder la conciencia, parecía el final de aquel insolente humano. Satanás no podía darse el lujo de perder a uno de sus jugadores e inmediatamente ordenó bajarlo.

Déjalo en paz, recuerda que lo necesitamos vivo, no podremos iniciar el juego con un invitado menos.

Belzebuth soltó al joven haciéndolo caer bruscamente al suelo, la apariencia del demonio regreso a la normalidad.

Te salvó de una muerte segura, pero la próxima vez no tendrás tanta suerte.

El demonio regresó a su lugar y el terremoto terminó. Los cinco jugadores y los cuatro demonios regresaron a sus asientos. La presentación de los cinco demonios había finalizado, todos los humanos estaban callados esperando que Satanás continuara hablando, aún no tenían idea de lo que trataría el misterioso juego. El jugador con la máscara número tres se levantó de su asiento e impaciente por la explicación dirigió su mirada al Rey demonio.

¿En qué momento piensas decirnos en qué consiste este juego? ¿Por qué nos entregarás los anillos demoniacos?

Creí habérselos dicho anteriormente, los anillos son necesarios para este juego, ellos les otorgara una ventaja sobre todos los demás humanos en la tierra y así crearán una estrategia.
El jugador número dos se unió a la conversación.

¿Esos anillos nos darán más poder de lo que cualquier humano podría conseguir en la tierra? O al menos eso entendí.

Todos miraron con atención al jugador con la máscara número dos, los demonios comenzaron a reír. Belzebuth miró a su padre directamente a los ojos y con el permiso de su padre, contestó al enmascarado.

Esos anillos les darán a cada uno lo que siempre han deseado. ¡El poder y control absoluto!
El jugador con la máscara cero se había recuperado de su enfrentamiento con Belzebuth e interrumpiéndolo exigió una explicación más detallada.

¿Qué quieres decir con eso? ¡No pienso participar en esto hasta que me expliquen qué demonios significa!
Satanás le contestó con una risa burlona.

¡Significa que los cinco humanos presentes en este lugar son los que iniciarán el fin del mundo!

Satanás no esperó a que continuaran hablando y inmediatamente alzó ambos brazos al aire haciendo que cinco luces segadoras descendieron hacia las manos de los jugadores. Todos los demonios del infierno junto con las almas que se encontraban pagando sus pecados en el infierno emitieron un grito de dolor, excepto Satanás y los cinco enmascarados. El infierno se llenó de gritos y súplicas para que aquel dolor cesara, el rey observaba como sus demonios se retorcían de dolor por aquellas luces.

Las luces cesaron, dejando ver una caja de oro en la mano de cada jugador; en las cajas se encontraban grabadas nuevamente palabras escritas en un idioma extraño.

En esas cajas se encuentran los anillos que les otorgarán el poder suficiente para cumplir todas sus metas e incluso si desean también podrán desatar males en la tierra. ¿Qué están esperando para abrir sus cajas? Hace un momento estaban ansiosos por conocer sobre el juego y los anillos ¿cierto?

Los enmascarados temían abrir sus respectivas cajas; tratando de asegurar su bienestar el enmascarado número uno intento obtener un poco más de información.

¿Qué pasara cuando abramos la caja? ¿Quién nos asegura que estaremos bien?

Los gritos en el infierno eran cada vez más fuertes, las cajas emitían un poder letal para todo el infierno. Satanás intentó calmar el dolor de sus demonios respondiéndoles las preguntas de los enmascarados lo más rápido posible, para que las abrieran y así acabaran con el dolor de sus seguidores en el infierno.

Comprendo que duden de mí, sin embargo, ¿Por qué armaría todo este acto para hacerles daño? Si yo deseara lastimarlos no me hubiera tomado la molestia de todo esto. — Satanás se acerco a los enmascarados lentamente. —Podrán ser los humanos más poderosos que hayan existido, ninguno de ustedes será igual, cada anillo fue creado especialmente para cada uno de ustedes y reforzará sus habilidades. Todo esto fue diseñado por mí para hacer más interesante el juego.

Las palabras del Rey demonio habían tentado a los enmascarados y sin ninguna objeción abrieron sus cajas haciendo que los gritos de sufrimiento cesaran en todo el infierno. Un destello salió de cada una de las cajas cegando a los enmascarados por unos segundos. En el interior de las cajas se encontraban los anillos de color dorado con una gema en el medio, alrededor de cada uno de los anillo había una inscripción idéntica a las palabras que se encontraban en las cajas.

Astarot comenzaba a recuperarse del dolor producido por los anillos y al observar como el jugador número tres intentaba leer el anillo lo interrumpió de inmediato.

No pierdas tu tiempo, ese lenguaje es imposible de entender, ni siquiera nosotros podemos hacerlo, los únicos que pueden leerlo son los dos seres más antiguos. El jugador número tres miró fijamente al demonio Astarot.

¿Te refieres a Dios y Satanás?

Sí, ellos son los únicos capaces de leer las inscripciones en los anillos, al menos por el momento.

¿Qué quieres decir? ¿Alguien más podría leerlo?

Sí, existe un humano que podrá leer esa inscripción en el anillo.

¿Un humano? ¿Quién es él?

El demonio Astarot miró fijamente a su rey, con su mirada pedía permiso para revelarles a los enmascarados la identidad de aquel humano capaz de leer los anillos. Satanás ignoró la petición del demonio y con un tono muy serio en su voz les reveló la identidad del humano por su propia cuenta.

Existe un solo humano que puede ser capaz de leer las inscripciones de los anillos: ¡El anticristo!

Todos habían quedado en shock al escuchar las palabras de Satanás. El demonio Bael les explicó a los enmascarados todo acerca de la identidad del anti-Cristo.

No teman de él, este juego fue hecho para decidir quién de ustedes será el anti-Cristo y quién ocupara el trono del rey.

El humano con la máscara número cero intentó huir del lugar, todo lo que estaba por suceder no era algo que le importara, sin embargo su cuerpo lo traicionó por el miedo y todo intento por moverse fue completamente en vano, no tuvo otra alternativa que escuchar cada palabra de Satanás. El enmascarado intento nuevamente negarse a jugar.

Yo no participaré en esto, jamás destruiría la Tierra para que tú puedas divertirte ¿Por qué no mandas a Belzebuth para que tome el papel del anti-Cristo?

El enojo producido por las palabras del enmascarado era evidente en el rostro de Satanás e intentando conservar la calma le respondió.

Los demonios del infierno harían todo esto muy aburrido, pienso que será más divertido ver a los humanos morir por culpa de uno de su misma especie.

Eres un maldito monstruo, no me obligarás a jugar. —El enmascarado tiró su anillo al suelo e inmediatamente lo empezó a pisar como si pudiera romperlo. —Lo que buscas es a un humano que te entregue su alma a cambio de poder, yo no soy el que buscas, yo jamás lastimaría a gente inocente.

¿Enserio crees que siendo el señor del inframundo no tendría algún truco bajo la manga para obligarte a jugar? —Satanás comenzó a reír, proclamando de esta manera su victoria contra el enmascarado. —Soy demasiado complaciente con ustedes cinco y por esta ocasión aceptaré tu decisión y no te obligaré a participar, pero debo recordarte que si tú no quieres jugar habrá cientos o quizás miles de almas en el infierno que querrán tomar tu lugar. Ellos serán despiadados y inclusive todas las personas que lloran tu muerte podrían morir cruelmente a manos de tu remplazo. ¿Quieres ver a las personas que amas muertas?

El enmascarado se quedo en silencio intentando recordar algo de sus familiares y amigos en la tierra, aunque el resultado fue el mismo, no logró recordar nada de ellos. ¿Alguna vez existió alguna persona que significara mucho para él? La mente del humano comenzó a divagar e intentando no ceder a las palabras de Satanás intentó buscar respuestas en él.

No recuerdo nada de algún humano importante para mí, mis únicos recuerdos que aún conservo conmigo son los últimos minutos antes de morir.

El hecho de que no puedas recordar tu pasado no significa que tus familiares y amigos no existan. ¿Quieres verlos muertos, culparte por sus muertes toda la eternidad? — Satanás caminó hacia el enmascarado y con una sonrisa maliciosa continuó hablando:

Si tú ganaras este juego, tal vez, podrías hacer algo para detener el fin del mundo y salvar a todos de morir sanguinariamente ¿no lo crees?

Las palabras del Rey demonio habían hecho caer en sus mañas al enmascarado que como símbolo de aceptación para iniciar el juego recogió el anillo que había tirado al piso y mirándolo detenidamente suspiró. Haciendo una reverencia al demonio guardó silencio. El humano estaba obligado a participar en este enfermizo juego que como anteriormente habían dicho, acabaría con la civilización. Los demonios veían hilarante la actitud del enmascarado y de cómo Satanás había doblegado su voluntad.

Ahora que ninguno tiene quejas comenzaré con las reglas del juego —El Rey demonio se colocó frente a su trono y señaló el piso frente a él, haciendo que surgiera desde las profundidades una roca en la cual tenían tallado las instrucciones. —Recuerden que todo lo que está en esta roca es necesario, aunque no habrá quien los detenga cuando inicie, estas instrucciones existen para mantenerlos informados y dentro de la competencia.
  • No existe tiempo límite para terminar el juego.
  • Una vez empiece el juego serán llevados a la Tierra
  • Los poderes del anillo pueden ser usados como les plazca.
  • El último que quede vivo será el ganador.
  • Jamás quitarse el anillo.
La ultima regla es la más importante de todas, recuerden cumplirla o perderán automáticamente. — Satanás los miro sin emoción alguna.

Después de leer las reglas del juego, los cinco jugadores continuaron en silencio, estaban atónitos por las reglas. ¿El juego se tratará de matanza sin sentido? Algo en esto era extraño ¿Por qué hacer que el evento se realice en la Tierra? Satanás continuó hablando para así animar a los enmascarados a continuar con esto.

Como ya mencioné con anterioridad ustedes pueden tardarse todo lo que deseen en la Tierra. —El rey demonio señaló repentinamente hacia la dirección donde se encontraban los humanos. —Como sorpresa para ustedes les informó que los regresaré a la vida en este instante para que así pueda llevarse a cabo el juego en la Tierra. — Con una mirada malévola señaló a sus demonios mientras quitaba la vista de los enmascarados. —Se les asignará a cada uno de ustedes un compañero demonio, los cuales permanecerán en el interior del anillo. Una vez que los demonios entren en el anillo podrán comunicarse con ellos por medio de su mente, evitando de esta manera que los humanos escuchen las voces de mis demonios. —Los jugadores observaron detenidamente sus anillos, tratando de descifrar, ¿Cómo un anillo tan pequeño puede tener tanto poder? —Por último, jamás deben quitarse los anillo, esto es muy importante, el anillo será una especie de lazo dador de vida que unirá la vida de mis demonios con la suya, esto hará posible que ustedes vuelva a vivir, si llegasen a desvincular el anillo con su cuerpo morirían en segundos, ya que cortarían la comunicación con sus demonios asignados.

El jugador con la máscara número uno se levantó de su asiento dando de esta manera una reverencia a Satán.

Rey del infierno, señor de los demonios, me atrevo a preguntarle ¿Qué pasaría si uno de nosotros no se involucrara en este evento? Lo que intento decir es, ¿Qué pasaría si alguno de nosotros se aprovechara de esta oportunidad que nos has brindado de volver a la vida para vivir en paz, alejado de esto?

No pasaría absolutamente nada, morirán de viejo o en algún accidente como todo humano común y corriente, sin embargo ustedes cinco los he elegido por una razón especifica, son las peores escorias de la Tierra, es imposible que ustedes se queden sin hacer nada teniendo en cuenta que llevarán consigo el anillo demoniaco, el arma más poderosa del inframundo, capaz de controlar ciudades, países e incluso el mundo.

Los otros cuatro jugadores escuchaban cada palabra dicha por Satanás, todos estaban motivados a empezar lo más rápido posible. El jugador con la máscara número cuatro mostró interés en la conversación y continuando con las preguntas se levantó de su asiento y con una reverencia dirigió su mirada hacia Satanás.

Mi señor, ¿Qué sentido tiene este juego? ¿Para qué tratar de ganar? Con este anillo podremos obtener todo lo que deseemos.

Tienes razón podrán tener todo lo que ustedes deseen gracias a ese anillo, sin embargo el anillo no podrá otorgarles lo que yo le concederé al ganador. Yo le ofrezco al ganador ¡El trono de Dios! cuando finalice este juego, el mundo necesitará un nuevo salvador, alguien en quien confiar, ahí es cuando el ganador entrara en acción, uno de ustedes tomará el papel de Dios.

¿Qué tratas de decir con eso, matarás a Dios? Tus demonios han dicho que el juego es para encontrar al anti-Cristo.

Lo que ellos han dicho es totalmente verdadero, el ganador será el anti-Cristo, sin embargo cuando el apocalipsis causado por ustedes finalice, prometo regalarles el trono de Dios al ganador del juego. Les aseguro que nadie matará a Dios, si hubiera tenido tanto poder como para derrocarlo anteriormente, no estuviéramos aquí en este instante.

Un fuerte ruido se escuchaba acercarse al lugar interrumpiendo a Satanás. La puerta gigante del salón se abrió bruscamente mostrando cinco caballos de colores diferentes rojo, blanco, negro, verde y azul. Sus ojos eran atemorizantes, en estos se mostraba la ira, las llamas del infierno eran reflejados en ellos, Bael se acercó a los caballos lentamente tratando de tranquilizarlos y tomando nuevamente su forma inofensiva. El demonio observó a su rey e intentando acelerar la situación habló con Satanás.

Mi señor creo que es momento de iniciar el juego, los caballos no soportarán mucho tiempo.

Tienes razón, Bael, nos hemos atrasado, es momento de dar inicio, les asignaré a sus respectivos demonios. —Lanzó una mirada cruel y penetrante a sus demonios para que regresaran a su forma original y se colocaran en el medio del salón. Se colocó frente a sus seguidores y mirando rápidamente a los enmascarados comenzó con la asignación.

Estos demonios han sido asignados a ustedes por la compatibilidad y similitud que hay entre ustedes, estoy seguro que son los unos para los otros.
En este momento Satanás estaba apresurándose con la asignación, ya había perdido mucho tiempo y este juego no podía esperar mucho más.

Iniciaré con el jugador número uno conocido en el mundo de los vivos como "Beowulf", te asignaré el demonio rojo "Abbadon, el gran destructor".

Después de escuchar su nombre, Beowulf, el humano con el número uno en su máscara dio un paso adelante mientras esperaba que su demonio se acercara. El anillo comenzó a brillar, la luz que emitía era de un color rojo a medida mientras más cerca estaba.

El rey del inframundo miró a su demonio fijamente tratando de hacer que Abbadon no entrara al anillo, su señal fue claramente entendida por este y colocándose a la par de su humano asignado esperó las indicaciones de Satanás. Beowulf miró detenidamente a su demonio.

El rey del infierno continúa con las asignaciones, mientras estruendos fuera del salón se escuchaban. Los demonios que bailaban alrededor de la hoguera parecían animados.

El segundo demonio que asignaré es mi fiel sirviente y mi favorito, por tal motivo fue difícil asignarlo, ya que no quería dejarlo en manos de alguien indigno de su poder; el jugador número dos conocido en la tierra bajo el nombre de "Anthony", verdugo de sus propios familiares, amigos y de cientos de personas solo para satisfacer sus propios deseos, lujos y ambiciones, a este humano le asignaré el demonio negro "Bael, el traidor".

De igual manera que Abbadon, se acercó a su humano designado haciendo que el anillo emitiera un resplandor de color tan oscuro como el fondo de un abismo. Anthony, estaba confundido al escuchar el nombre de su demonio.

Has dicho que Bael es tu demonio favorito y lo asignaste al humano digno de su poder, ¿Por qué a mí y no a los demás?
Bael comenzó a reír mientras miraba discretamente a Satanás; la pregunta de Anthony había captado la atención de todos los demás jugadores y sin otra alternativa, Satanás contestó la pregunta.

Tú posees algo que los demás no.

¿Qué es lo que me hace diferente de los demás humanos en esta sala?
Su demonio asignado interrumpe la conversación.

Tú posees al igual que yo un odio injustificado por los seres humanos.
Un silencio cubrió el salón después de haber escuchado a Bael; evitando perder más tiempo, continuó.

Esta pareja no me fue difícil unirla, ellos son tan compatibles que me da miedo pensar en lo que serían capaces juntos; el jugador número tres conocido públicamente por todos los humanos bajo el nombre de "Phillips", juzgado en el infierno y sentenciado a vagar toda la eternidad en el valle de fuego por secuestrar a más de mil personas para usarlas en sus experimentos, le asignaré al demonio verde: "Astarot, la peste".

¡Nunca fue mi intención causar daño! Fui forzado a cumplir los caprichos de un humano tan despreciable que solo de volver a pensar en su rostro me enojo. —La furia de Phillips era claramente perceptible en su tono de voz.

Astarot se acercó a su humano e intentando callarlo lo golpea en el estómago, Phillips cae al suelo e intentando colocarse de pie nuevamente toma a su demonio por el hombro como apoyo. El anillo emitía una luz verde la cual causaba malestar a los hombres con solo mirar el resplandor.

Lo único que escucho salir de tu boca son excusas de un humano que está aterrado por la oscuridad de su corazón, si los quisiste herir, debiste haber muerto por ellos. —Astarot estaba furioso, tratando de controlar sus deseos de continuar golpeándolo gira su rostro lejos de él. —Odio a los cobardes como tú.

Admito mi cobardía, estaba aterrado y sé que merezco estar en este lugar, sin embargo te advierto que si me haces participar en este juego demente no haré nada que pueda beneficiarlo.
Satanás miró discretamente a Phillips sin que alguno lo notara y susurrando para sí mismo, evitando ser escuchado por los enmascarados respondió.

Solo tú presencia hará la diferencia en todo el juego.
Phillips había escuchado claramente Satanás.

¿Qué has dicho?

Satanás ignoró a Phillips, de inmediato continuó con las asignaciones. Los caballos comenzaban a inquietarse, estaban impacientes por marcharse del lugar.

El Jugador número cuatro conocido por los humanos bajo el nombre de "Ian". Juzgado en el infierno por practicar la necrofilia en mujeres que él asesinaba por el simple placer de escuchar sus gritos de agonía. Le he asignado a mi demonio blanco "Sidragaso, el deseo”

El demonio comenzó dar pasos hacia a su humano asignado, la neblina cubrió casi instantáneamente el cuerpo de Sidragaso. Cuando había llegado frente a él, su apariencia había vuelto a cambiar en aquella hermosa mujer, la cual estaba semi-desnuda. El anillo de Ian emitió una luz blanca, cegando por unos instantes a los demás; aprovechando la conmoción hecha por la ceguera de los otros enmascarados, tomó bruscamente a la mujer por la mano acercándola a él rápidamente. La había sentado en sus piernas para tocar uno de sus pechos.

Aunque me cueste admitirlo, tal vez tengamos algo en común. Satanás me ha asignado al demonio correcto. Me divertiré tanto en este juego.

Sidragaso e Ian comenzaron a reír, los otros enmascarados intentaron no observarlos, era demasiado asqueroso ver como manoseaba a su demonio. Satanás chasqueó sus dedos e instantáneamente regresó a Sidragaso a su forma original haciendo que Ian observara a ese extraño demonio sobre sus piernas y lo lanzó lejos de él.

Satanás se rió de ellos mientras se preparaba a presentar la última pareja lo más rápido posible, el ruido de los caballos comenzaba a irritar a todos en el salón.

Por último asignaré obviamente la pareja que no tiene nada en común, no hay ningún ser humano y ningún demonio que sea compatible con ellos, es por tal motivo que su compatibilidad radica en la incompatibilidad con el resto del mundo. El jugador número cero conocido en el infierno bajo el nombre de "Dimitri", acusado por todos los demonios del infierno de asesinar a su hermano a cambio de sus ambiciones egoístas. El tendrá asignado a mi hijo el segundo al mando en el infierno "El príncipe demonio Belzebuth".

El nombre mencionado por el rey de los demonios hizo resonar los vagos recuerdos del humano con la máscara cero.

¿Dimitri, es mi nombre? No logro recordar mi propio nombre, sin embargo escucharte llamarme de esa manera…

¿Se te hace familiar, cierto?

Sí, aunque no recuerde mi propio nombre, algo me dice que es Dimitri, ¿cierto?
Una sonrisa malévola se expandió por todo el rostro del demonio.

¿Por qué tendría de mentirte con respecto a esto? Tú nombre es Dimitri y tienes tanta maldad como todos los demás en este salón

Las palabras de Satanás habían molestado a Dimitri, el cual evitaba dirigir su mirada hacia el demonio que se acercaba lentamente a él; Belzebuth le sonrió de manera burlona mientras balbuceaban maldiciones.

¿Por qué evitas mirarme? Yo tampoco estoy contento con tenerte de pareja, sin embargo mi padre no se equivoca jamás y si su decisión fue asignarme a ti no tengo ninguna objeción.

De repente la mirada de Dimitri se posó en Belzebuth, había comenzado a entender que no tenía alternativa, debe aceptar el hecho que tendrán que jugar este juego junto al demonio, a pesar que fue el mismo que lo arrastró a este lugar.

No tengo otra alternativa, trataré de llevarme bien contigo, por el bien de mis seres queridos que me esperan en la Tierra; cuando esté de vuelta en el mundo de los vivos haré todo lo posible por recuperar mis recuerdos, así podre encontrar a todos aquellos que olvidé.

Si esa es tú decisión, no tengo objeción, yo solo soy un demonio a servicio de mi padre y fui asignado únicamente para devolverte la vida, no tengo el derecho de obligarte a nada.
Sorprendido por el repentino cambio de actitud del demonio intenta guardar silencio mientras continua hablando Satanás.

Me alegro que se empiecen a llevar bien, lo necesitarán si desean ser los sobrevivientes de este juego.

Misteriosamente las capuchas que vestían los jugadores cambiaron de color, siendo ahora del color respectivo de sus demonios asignados. Beowulf vestía una capucha de color rojo, Anthony vestía una de color negro, Phillips vestía de color verde, Ian vestía de color blanco y por ultimo Dimitri vestía una capucha de color azul. Satanás estaba a segundos de iniciar y excitado por el momento gritó a los demonios.

¡Entren a sus anillos! El juego está a punto de empezar.

Los demonios entraron a sus respectivos anillos haciendo que la gema que se encontraba justo en el centro del anillo cambiara de color, igualando el color de sus capuchas; sin esperar ni un segundo más se prepararon para partir. Satanás les habló por última vez a todos juntos.

Comenzará el juego al que nombré como "El punto muerto". Antes de que se marchen deben conocer como hice más divertido este juego. He logrado que todos en el mundo de los vivos olviden sus existencias, nadie conocerá nada de ustedes, arriba no tendrán familia, amigos y tampoco alguien que los llore. Es hora de partir a un mundo donde su existencia no vale nada. Un portal que los regresará a la tierra se abrirá exactamente durante cinco minutos justo arriba de nosotros, deben apresurarse.
Los cinco humanos estaban listos para partir hacia el mundo de los vivos llevando consigo el anillo demoniaco, el arma más poderosa jamás creada. Toda la maldad del mismo infierno está dentro de ellos.

El portal se había abierto, todos los jugadores se dirigieron rápidamente hacia sus caballos, los cuales estaban alborotados, era evidente que ellos estaban esperando este viaje durante mucho tiempo; sin perder ni un segundo más montaron sus respectivos corceles y se dirigieron hacia el portal acabado de abrir.

Los caballos se dirigieron de prisa hacia el portal, elevándose por los aires comenzaron a correr para poder alcanzar la puerta que los acercaría a su libertad, sin embargo Ian no desaprovecharía la oportunidad de librarse de un jugador y lanzando una patada al caballo de Dimitri que se encontraba galopando al lado de él, hace perder el equilibrio al animal cayendo por los aires junto con su jinete.

Cuatro de los jugadores habían atravesado el portal, sin embargo en el momento que Dimitri recobró el equilibrio y se dirigió nuevamente a la puerta que conecta al mundo de los vivos, ya era demasiado tarde, dicho portal había desaparecido, dejando atrapado al enmascarado; al ver desaparecer frente a sus ojos la única oportunidad que tenía de regresar a su mundo, intenta seguir subiendo lo más alto que le es posible al caballo, sin embargo algo extraño sucedía con el animal.

El caballo había llegado a un punto donde se había quedado completamente inmóvil sin responder a las órdenes de su dueño; el animal comenzó a caer rápidamente, haciendo que Dimitri se sostuviera fuertemente de las riendas mientras regresaban a toda velocidad a ese salón del que habían partido.

En el momento que ambos estaban a centímetros de impactar contra el piso, Satanás los detuvo haciéndolos levitar a pocos centímetros del piso, salvándolos de esta manera de una terrible y dolorosa caída.

¡Qué ha pasado! ¡Por qué regrese a este salón! ¡Creí que el portal estaría abierto durante cinco minutos, eso no fue ni un minuto!

Una sonrisa maliciosa cubre el rostro del Rey demonio.

Necesitaba hablar contigo, necesito que hagas algo por mí cuando llegues al mundo de los vivos, es algo muy ajeno al evento.

La expresión de sorpresa era evidente en Dimitri.

¿Hacer algo por ti?

Necesito que encuentres antes que sea demasiado tarde, los tesoros divinos.
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