¡Nueva Novela! Mekishiko capitulo 1


Filias por tercera semana consecutiva, poco a poco rompiendo su pereza y poniéndose a trabajar, esta vez quiero traer a un nuevo integrante de Novelas Ligeras:

Den la bienvenida a Albrecht Heidan, con su novela Mekishiko, una novela no tan común para lo Shonen que tenemos aquí y con una protagonista.

Y promete, promete tacos, muchos tacos, aquí tienen la novela con los géneros de Comedia, Romance y Cosas de la vida.

Sin mas los dejo con la historia y recuerden, cualquier recomendación que quieran hacer, sera bien recibida en la caja de comentarios.


Adoro este gif

Primer capitulo: Un Comienzo Inusual


Era una tarde muy soleada, la última carta que recibí de Mashiro fue hace un año, ¿me pregunto qué será de ella...?

-Hola, me llamo Yukino Sakura, voy en primer año de preparatoria, asisto actualmente al colegio “Hideyoshi”, ya ha pasado un año desde que mi mejor amiga Mashiro se haya ido a estudiar a México, ella me mandaba cartas muy seguido, pero ahora las cartas han dejado de llegar, me preocupa un poco, espero que este bien, sigo teniendo un fuerte deseo que me mande una carta... 

-Cuando de repente escuche la voz de mi madre gritando desde la sala-Yukino baja a desayunar que se te hace tarde para ir a la escuela! 

-Ahí voy! -conteste. 

De un salto salgo de mi cama y me apresuro a tomar mi uniforme, tanta fue la prisa que no me había fijado que me había puesto la falda al revés, me sonroje conmigo misma -que ridícula- me dije mientras me acomodaba mi falda, me dirigí a peinarme lo más rápido pero tanta fue la presión que solo tome el cepillo y lo pase por mi cabello un par de veces y fui directo al baño a lavarme los dientes pero cuál fue mi sorpresa, mi cepillo de dientes no estaba. 

-Mamá, ¡mi cepillo no está en el baño!  -le grite a mi madre con desesperación mientras aventaba todo a mi paso por encontrarlo, pero recordé que el día anterior mi hermana menor Suzuki lo había tirado al excusado, y todo por decirle que estaba fea, pues siempre he dicho la verdad y no puede negar lo fea que es o talvez tenga un poco de envidia de que tenga más vida social que yo?, por supuesto que eso no debe de ser, así que solo tome un cepillo nuevo y me los lave.

Baje las escaleras rápidamente, tanto fue así que mis padres se enojaron conmigo. 

-Yuki, hazme el favor de bajar más despacio las escaleras-recito con tal expresión que hizo que caminara lento y cabizbaja, salude a mi papá que estaba en la mesa leyendo su periódico como todas las mañanas. 

Tomé el pan tostado que estaba sobre la mesa y me despedí de mis padres seguido de eso Salí de allí.

Al Salir de mi casa fui enseguida al buzón de correo -Otra vez no hay nada para mí- tomé un gran suspiro y me fui a mi escuela corriendo ya que era demasiado tarde. 

Pasaron dos semanas y las cartas dejaron de llegar... la verdad me comencé a asustar más considerando que en México hay mucha delincuencia-pensé.

Dejé de pensar en ello por un momento y decidí a meterme a bañar. 

Ya en el baño empecé a pensar de nuevo en ella, y como se la estará pasando o que estará haciendo, pero cada vez que me lo imaginaba, algo horrible brincaba a mi cabeza -Ya sé…-

Salte de la tina en una pose de victoria con las manos arriba, Salí del baño lo más pronto posible para poner el plan que había pensado en acción.

 -Mi plan tiene que salir a la perfección, tiene que ser el mejor plan de todos, ningún plan se le compara a mi fantástico plan, el plan perfecto…- seguí hablando de mi plan por varios minutos como si fuese una canción, no paraba de hablar de ello, pero… - ¿¡Y cómo demonios pienso poner ese plan en acción!?- me grite a mí misma frente a mi espejo, tanto hablaba del plan perfecto, pero había olvidado de que trataba o que era, y por más que me esforzaba a sacar esas ideas nuevamente de mi mente todo fracaso, siento que era algo realmente importante pero no recuerdo que. 

Ya una vez acostada tratando de dormir, mis ojos se abren como de una cortina plegable se tratará, velozmente salte de mi cama a mi computador y me dije con una voz de satisfacción. 

-CLARO!!!, Mi plan era ir a México a buscar a mi amiga- Una vez prendida la PC me dirigí a páginas de viajes, empecé a buscar vuelos a la ciudad de México, los boletos rondaban entre los ¥121,000 yenes (aproximadamente $19,000 pesos mexicanos), no tenía más remedio que pedir un pequeño préstamo a mis padres, y con el dinero que he juntado con mis trabajos de medio tiempo junto en total la cantidad de unos  ¥ 150,000, sinceramente puedo conseguir todo dinero a más tardar dentro de una semana, así que lo primero sería ir a pedirle ese favor a mis padres. 

-DENEGADO! -Exclamaron sin piedad, sin siquiera haberles dicho la razón de mi viaje. 

-Pero por favor, es por una buena causa, mi amiga se encuentra en México y quiero ir a buscarla ya que no he recibido respuesta de sus cartas- y así seguí por lo menos otras dos horas hasta que conseguí su permiso. 

Lo siguiente era conseguir el dinero faltante, aunque siendo yo, lo consigo rápidamente.  

La semana paso sin que me diera cuenta, ya he preparado mis maletas, pero debo de revisar una última vez; ¿mi ropa? Mmm, sigue sin convencerme esta blusa, bueno no importa me llevare esta, escogí una rosa con bordados blancos; mis tenis y demás zapatos, listo; mi cepillo de dientes y la pasta dental, listo; mis palillos para cualquier situación – sonreí mediocre mente -; y así seguí revisando mis cosas por al menos otras dos horas, sacaba y metía ropa como si fuera un niño buscando dulces de mejor sabor.  

-Ahora sí, creo que ya es todo – seguí viendo mis maletas por otros diez minutos, fue un poco tonto, pero empecé a extrañar a Japón específicamente Tokio, pero bueno, mañana me voy, les hice una última llamada a mis amigas, despidiéndose empezaron a lloriquear, y me les uní, fue un momento de melancolía, pero tenía que ser fuerte y olvidar eso por ahora.  

La noche se me hizo eterna y rápida al mismo tiempo, me sentía nerviosa y un poco emocionada, y cuando al fin logre conseguir el sueño ya eran más de las tres de la mañana y mi vuelo era a las 10 de la mañana.  

Cuando desperté mire al reloj – PERO QUE DEMONIOS, ¡YA ES DEMASIADO TARDE!!!- grite, el reloj marcaba las 9 y cuarto de la mañana, aun me faltaba arreglarme y llegar al aeropuerto, así que sin más me apresure a vestir con lo primero que encontré, me di una rápida lavada de mi cara y me medio cepille el cabello, me lave los dientes, y todo esto en menos de quince minutos.  

-Papá, me llevarías al aeropuerto, es que se me hizo un poco tarde y no llego con el autobús – lo dije golpeándome la cabeza como si de un anime se tratara, mi padre no hizo nada más que un gesto que mezclaba sentimientos, por una parte veía un poco de tristeza, talvez porque me iba por un tiempo indefinido, por otro lado sentía un sentimiento de enojo y eso es comprensible ya que levante tarde, y por último también le veía un poco preocupado, mi madre que estaba en ese momento ahí empezó a soltar en llanto y seguido de eso me abrazo.  

-Hija, por favor no tardes tanto, te vamos a extrañar demasiado y te pido que nos hables a menudo – Todo eso me hace sentir bien-yo también te quiero mucho y eso espero, y claro que les hablaré - le conteste mientras la abrazaba fuertemente, cuando en ese momento sentí otra presión, era la de mi padre, ¿él también se puso de pie para abrazarme? Eso fue extraño, ¡mi padre que decía nunca dar abrazos porque era una muestra de debilidad!, eso quería decir que se sentía débil e incapaz en este momento, se sentía indefenso como un niño, mis brazos también se abalanzaron hacia ellos y también caí en llanto.  

-Hija, siempre serás nuestra pequeña hija traviesas, y por eso mismo me preocupo, cuídate demasiado y no hables con extraños-Lo dijo mi papá como si tuviera un nudo en la garganta, después nos separamos y nos sacamos las lágrimas.
  
-A qué hora dijiste que era tu vuelo? – me dijo.
  
-A las diez, por eso te pedí que me llevaras por favor – le conteste. 

Mi padre volteo a ver el reloj que colgaba de la pared y la hora que mostraba nos dejó en blanco y a mi padre boquiabierto.
  
-S~Son la~las – tartamudear era lo único que hacía mientras señalaba el reloj – NUEVE CIENCUENTA!?- grite con una desesperación, mi padre había desaparecido, me quede totalmente en blanco, cuando oigo el claro el clásico claxon del carro de mi padre así que Salí, y cuando abrí la puerta, ahí estaba el, en el coche.

-Sube rápido, aún tenemos tiempo de llegar si nos damos prisa – me dijo mientras me hacía señales de que me diera prisa – ahí voy -  le grite felizmente, le di un último beso en la mejilla a mi mamá acompañado de un pequeño abrazo – Nos veremos muy pronto, no te preocupes por mí, estaré bien – le conteste con una sonrisa y mi madre simplemente me decía adiós con sus manos.
  
Me dirigí al auto de mi padre, abrí la puerta y me senté, tome el cinturón de seguridad y lo ajuste.
  
Tan pronto me puse el cinturón mi papá arranco como si estuviera en una carrera de autos, se creía Toreto, en las curvas daba unos grandes derrapes, en fin, solo habré tardado unos minutos en haber llegado al aeropuerto, una vez allí me baje temblorosa del auto y besé el piso, pensé que moriría.

-Llegamos! Bueno, hasta aquí yo llego, que tengas buena suerte, cuídate – me dijo mientras acariciaba mi cabeza y bajaba mis maletas de la cajuela, yo solo las tome y entre al aeropuerto todo esto mientras me despedía de mi papá.  
Una vez dentro me apresure a buscar el avión, fue algo difícil, hasta que escuche.

-Vuelo 176 hacia la CD. De México, favor de abordar por la puerta número 3- escuche eso salir del altavoz, y logre localizar al fin esa bendita puerta tres que tanto me había costado llegar, fui corriendo hasta llegar, y cuando al fin logre llegar ya iba a cerrar aquella puerta, y corrí como nunca antes había corrido, afortunadamente llegue a tiempo, me apresure a abordar el avión y me fui directo a mi asiento.

-Uf!, al fin logre llegar- seguido de eso solté un pequeño suspiro mire por la ventana, tenía por seguro que iba a extrañar este lugar, después de todo aquí nací, crecí, tuve amigos y todo, pero debo de buscar a mi amiga para poder estar completa, aunque eso me lleve lejos para encontrarla, y lo peor es que será por un tiempo indefinido.  
El avión empezó a moverse, sentí miedo y un poco de preocupación, después de todo era mi primera vez viajando en avión, pero no dejaba de ver por la ventana, el avión empezó a avanzar aún más rápido cuando de repente… despego.

Unas lágrimas salieron de mis ojos, era algo ridículo, pero veía cada vez chica la ciudad conforme íbamos ganando altitud, lo único que hacía era tomar pequeños bocados de aire y tranquilizarme.

-Bueno días, se encuentra bien, ¿le ofrezco algo de beber? – Me dijo la aeromoza con una expresión que daba tranquilidad y paz, -Si, agua por favor – le contesté devolviéndole una sonrisa, no podía creer que hubiera alguien tan amable trabajando en una aerolínea, bueno es obvio, ¿no?; pero dejando eso de lado, porque solo pedí agua?

-Aquí tiene su agua, si necesita alguna otra cosa, no dude en decírmelo- me dijo con la misma gentileza de antes, yo solo me sonroje un poco, ¡- ¿¡Eh!?, ah! si!, muchas gracias- lo dije y ella solo se retiró lentamente y di un gran sorbo de agua, volví a voltear por la ventana a ver el cielo, no está mal dicho, voltee a ver las nubes, porque ya estaba el cielo.

Mis ojos se empezaron a cerrar, era obvio, me había desvelado así que decidí a tomarme una pequeña siesta antes de llegar, de todos modos, aún faltan 15 horas antes de llegar, así que me recosté sobre el asiento y me dormí. 
No sentí el tiempo pasar, no sé si mi cuerpo haya sabido donde se encontraba, pero me despertó minutos antes de aterrizar. 

-Señores pasajeros, les pedimos que se abrochen los cinturones de seguridad, estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto internacional de la Cd. De México, por su comprensión, gracias- eso se escuchó desde las bocinas que nos daban un aviso de que muy pronto ya estaríamos pisando tierras mexicanas, estaba emocionada, me quede viendo fijamente por la ventana de aquel avión que pronto dejaría.

-Ahí esta!!!, la pista de aterrizaje- al fin pude visualizarlo a los lejos, mis ojos empezaron a brillar, mientras más nos acercábamos, más mi corazón latía, cuando de repente aterrizo este enorme pájaro de metal mi corazón al mismo tiempo se detuvo por un segundo.

Una vez bien detenido el avión me levante de mi asiento, tome un pequeño bolso que llevaba conmigo y me baje de ahí, cuando salí lo único que hice fue sonrojarme más y gritar – Lo logre, al fin llegue-.

Me dirigí hacia dentro del aeropuerto, recogí mis maletas de la cinta, rápidamente busque y visualice la salida, cuando la encontré corrí hacia a ella y Salí con ese entusiasmo que había acumulado por todo ese tiempo, al fin podría ver de nuevo a mi amiga, y cuando al fin Salí, me sorprendí demasiado con…   



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